Partiendo de la premisa de: Conciliar NO es trabajar menos, sino trabajar de "otra manera", ya que tenemos que entender la conciliación como una filosofía, una manera de actuar y comprender la acción empresarial.
Pienso que a la hora de presentar la Conciliación a la Alta Dirección de una empresa, tenemos que hablar en términos monetarios para que puedan ser capaces de valorar este tipo de medidas y ver si son rentables de llevar a cabo en su empresa.
Para ello, las empresas deben de tener en cuenta el coste que les supone el absentisto laboral, la baja productividad (también llamada "presentismo", es decir, estar en el puesto de trabajo haciendo otras cosas distintas a las de tu trabajo) y la rotación en el puesto de trabajo; y todo ello compararlo con el coste que le supone la implantación de medidas de conciliación, ya que hay estudios en los que se demuestra que las medidas de conciliación mejoran los ratios anteriormente nombrados.
En momentos de crisis como el actual, es vital para las empresas retener el talento y mejorar la productividad de los empleados y con ello a largo plazo conseguiremos un equipo de trabajo más motivado y comprometido que aumentará la rentabilidad de la empresa haciéndola más competitiva. Cada vez más, los empleados se comprometen más con los proyectos que lleve a cabo una determinada empresa y no tanto con la empresa en sí; por ello esto puede ser una gran oportunidad para retener el talento y aumentar la motivación de los empleados, que a su vez se sentirán orgullosos de trabajar para la empresa.
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