El tiempo puede emplearlo de tres formas básicas:
1.
Tiempo en el mercado de trabajo
2.
Tiempo dedicado a la producción doméstica
3.
Tiempo de consumo
Las mercancías intensivas en
tiempo están formadas por una gran cantidad de tiempo y una pequeña de bienes.
Por ejemplo algunas actividades de ocio puro como contemplar una puesta de sol
o dormir en una hamaca. Las mercancías intensivas en bienes requieren
cantidades bastante grandes de bienes y poco de tiempo, por ejemplo, un
almuerzo en un restaurante de comida rápida.
Esta distinción implica que a medida que el
tiempo de una persona es más valioso en el mercado de trabajo (si suben los salarios), una familia puede
sacrificar mercancías intensivas en tiempo en favor de mercancías intensivas en
bienes, con el fin de dedicar más tiempo al trabajo remunerado.
Dentro de ciertos límites el
tiempo y los bienes normalmente son sustituibles en su producción. Una familia
puede producir una comida con alimentos cultivados en casa y preparados en casa
y también puede comprar una comida en un restaurante. La primera mercancía es
muy intensiva en tiempo, mientras que la segunda es intensiva en bienes.
El principio general utilizado para saber cómo debe asignar
su tiempo cada miembro de la familia es el de la ventaja comparativa, según
este principio, una persona debe especializarse en la actividad productiva que realice
con la mayor eficiencia relativa, o en otras palabras, con el menor coste de
oportunidad. Debe comprar la productividad de cada uno de sus miembros. Cuanto
más productivo o competente sea uno de los miembros en la realización de una
actividad en comparación con los demás, mayor es la cantidad de tiempo que debe
dedicar ese miembro a esa actividad.
Economía laboral McConell, Brue y Macpherson.
Gerardo Díaz.
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